viernes, enero 26, 2007

La Piratería 1/3

Resultan curiosos, muy inocentes, pero más o menos bien hechos los comerciales de la campaña contra la piratería que hemos estado viendo en los cines, la tele, las revistas y los DVD’s. En particular es muy tierno el de los dos niñitos que hablan sobre lo “chafa” que se ve su película y en donde el más pequeño llega a la conclusión de que: “tenemos un papá pidata”.

Esta campaña está destinada, obviamente, a crear conciencia en los adultos y la población en general del daño que hace la piratería al negocio del cine y la música. Para variar, el público que terminamos sintiéndonos mal sobre lo que le “estamos enseñando a nuestros hijos” somos los clasemedieros, porque a los ricos les vale gorro, ya que compran lo que quieren, y los pobres ni van al cine, ni rentan y/o compran películas originales.

Retomando el asunto de la campaña, puedo decir que, a pesar de todo, estoy de acuerdo con ella, y aplaudo que esté bien pensada y producida. Sin embargo creo que también es tiempo que los productores y distribuidores pongan de su parte para aliviar el problema y no sólo esperen que los compradores dejemos, así como así, de darle en la torre a su negocio de entretenimiento.

El corporativismo de hoy en día empuja a las empresas a mejorar sus ganancias constantemente, y si este año ganaron 10 millones, el año que viene quieren ganar 15 millones, no importa de dónde ni como obtengan ese dinero extra. La mayoría de las industrias logran esto ampliando sus mercados, reduciendo sus costos ó mejorando sus estrategias de mercadeo. Sin embargo no todas las empresas pueden lograr esto, y creo que ahí está el meollo del asunto.

El principal pecado de las industrias del entretenimiento es su afán de comportarse como el resto de las industrias, y tratar de hacer ricos a unos cuantos a costa de su misma supervivencia. Los tiempos han cambiado, y la época en que un solo disco o película servían para hacer millonarios a todos los involucrados quedó atrás. Los trucos hoy en día implican incrementar los precios o tratar de vendernos más ofreciéndonos menos. Tal es el caso de los DVD’s de 1 disco, y la versión de 2 discos, y la versión del director, y la de colección, etc., etc.

También los días en que el distribuidor trataba de hacer su agosto aprovechando la moda o la anticipación con la que el público esperaba su producto se han ido, ya que hoy en día existen medios de tener “lo último” más rápido y más barato.

Creo que la industria tiene que abrir los ojos y darse cuenta de que la única forma de sobrevivir a la piratería es convertirse en una industria que genere las ganancias suficientes para sobrevivir y seguir creando y divirtiendo a la gente, y eventualmente, porque no, ganar mucho, pero no para hacer multimillonarios a un grupo de accionistas.

Sé que está muy alucinado el pensar en alcanzar un mundo ideal en que la industria del entretenimiento sólo se preocupe por el arte y no por las ganancias, pero la tecnología los ha puesto en jaque, y si no cambian y sólo están esperando que seamos los consumidores los que hagamos algo, están condenados. Creo firmemente que sí hay cosas que se pueden hacer para que sobrevivan al fenómeno de la piratería.

Para no hacer este choro interminable, la semana entrante haremos unas cuantas cuentas para demostrar que sí se puede entregar un buen producto a un precio accesible que nos invite a comprar el artículo original y no el pirata, y en la siguiente semana hablaremos de las condiciones económicas que también empujan a la piratería, y que la industria del entretenimiento, si bien no puede controlar, debe tomar en cuenta.

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