Una vez más Alejandro González Iñarritu provoca a su audiencia con una impactante película, y una vez más Guillermo Arriaga nos hace reflexionar con un guión bien pensado y estructurado.
Título: Babel |
Año: 2006 |
País: Estados Unidos, México |
Director: Alejandro González Iñárritu |
Reparto: Brad Pitt, Cate Blanchett, Gael García Bernal, Adriana Barraza, Rinko Kikuchi, Kôji Yakusho |
Babel no es una película fácil de ver, o por lo menos no se trata de una cinta para “disfrutar”. Si te enganchas en la historia se sufre mucho, y al final te quedas dando vueltas en tu cabeza sobre lo que acabas de ver. Terminas involucrándote a un nivel personal, y las reacciones a la película terminan basándose en las experiencias personales de cada quien. Por ejemplo, hay una escena con unos oficiales de migración en la frontera, y mientras que yo me incliné a favor de unos, mi esposa se inclinó a favor de los otros, cada cual por razones válidas y diferentes.
Babel, al igual que sus antecesoras Amores Perros y 21 Gramos, se trata de varias historias entrelazadas por un hecho común. En este caso, un rifle será el hilo conductor y el desencadenante del “efecto mariposa” que cambiará la vida de una familia de norteamericanos, unos pastores marroquíes, una inmigrante mexicana y una adolescente sordomuda en el Japón.
A mi modo de ver, de las tres, Babel es la que tiene, por decirlo de alguna manera, el “hilado más débil”, es decir, es en la que las historias se entrelazan de una forma más forzada o menos fuerte, sin embargo su alcance es más ambicioso, y por lo tanto tiene mucho más valor.
El multipremiado equipo de trabajo involucrado en esta cinta se conoce muy bien y hacen una labor impecable, comenzando, como decía, por el guión de Guillermo Arriaga (ganador del mejor guionista de Cannes por Los Tres Entierros de Melquíades Estrada), pasando por los estupendos escenarios del cinematógrafo Rodrigo Prieto (nominado al Oscar por Secreto en la Montaña) y la ambientación lograda por la música de Fernando Santaolalla (ganador del Oscar a la mejor música por Secreto en la Montaña).
Obviamente, la labor más loable es la del director, la cuál le valió a Alejandro el premio al mejor director del festival de Cannes en 2006. La historia es absorbente, y los actores se mimetizan en la trama, y es equiparable el trabajo de histriones que jamás habían actuado (como Said Tarchani, el ayudante del autobus), al de actores buenos pero prácticamente desconocidos (como la mexicana Adriana Barraza, la nana inmigrante, o Kôji Yakusho, el japonés protagonista de Bailamos) y al de las estrellas consagradas, como Brad Pitt, Cate Blanchet y el mismo Gael García Bernal. Estos tres hacen un trabajo excepcional, en particular Pitt, desapareciendo la gran estrella y presentándonos a un esposo y padre preocupado y sobrepasado por la tragedia.
Las reacciones han sido muy variadas, y no es para menos, ya que la intención de la película, como mencionábamos, es provocar al espectador. Hay muchos temas incluidos en la trama, algunos de ellos de carácter político, pero el sentido de la película no es este, sino más bien uno moral y social, antes que político y económico.
Babel me hizo reflexionar principalmente en dos aspectos. El primero, el que el mismo González Iñarritu menciona en sus entrevistas, el de la relación de padres e hijos, y de cómo ese sentimiento de amor y protección es universal en el ser humano y es una razón para unirnos aunque no coincidamos e ignoremos las costumbres de unos y otros. Ya lo decía Sting en una canción: “...espero que los rusos también amen a sus hijos...”, reconociendo que a pesar de las diferencias, siendo humanos, sentirán como nosotros.
El otro aspecto es el de la responsabilidad que tenemos sobre nuestros actos. Todos los personajes de la película toman decisiones y deben afrontar las consecuencias. Es cierto que el azar juega un papel importante, pero al final de cuentas debemos estar preparados para afrontarlo. Siempre ha estado ahí y no podemos ignorarlo. Al salir del cine la reflexión fue que definitivamente hay que pensar todo dos veces antes de hacerlo, por muy fácil o simple que parezca la decisión, puesto que hay que estar preparado para lo que venga.
Babel es definitivamente una gran película, uno de los mejores trabajos a nivel mundial de 2006, y eso es muy sobresaliente tratándose de un director mexicano. Sin embargo, no es una película “agradable”, por lo que, quienes estén buscando una película para entretenerse o divertirse, Babel no es la opción. Para reflexionar, ser sacudido y apreciar buen cine, es una película indispensable.